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Cuando Interpol habla, merece la pena escucharla. Esta semana, la organización policial mundial ha pedido que se ponga fin al término «carnicería porcina» para describir ciertas estafas financieras en línea. ¿La razón? La frase trivializa el grave daño emocional y financiero que sufren las víctimas. Y tienen toda la razón.
Como profesionales de la moderación de contenidos, vemos de primera mano el poder del lenguaje para dar forma a las narrativas y, por desgracia, a la percepción del daño. Términos como «pig butchering» o incluso «catfishing» pueden sonar extravagantes o incluso divertidos a primera vista, pero esto resta importancia a las consecuencias en el mundo real. Según el FBI, lo que está en juego es devastador: las víctimas pierden una media de 180.000 dólares en estas estafas.
La terminología actual describe un proceso despiadado en el que las víctimas son «engordadas» con falsas relaciones y falsas promesas antes de ser «masacradas» económicamente por los estafadores. No es sólo de mal gusto: es perjudicial.
El coste humano del lenguaje
Estas estafas no son sólo pequeños engaños en línea. Las víctimas suelen perder los ahorros de toda una vida, su estabilidad emocional y su confianza en los demás. Al utilizar términos eufemísticos o insensibles, las plataformas y los comentaristas perpetúan involuntariamente una cultura que resta importancia al trauma que causan estos delitos. El impacto psicológico suele ir mucho más allá de las pérdidas económicas, afectando a la capacidad de las víctimas para entablar relaciones en el futuro y confiar en las instituciones financieras.
La declaración de Interpol subraya un punto importante: necesitamos una terminología que respete a las víctimas y comunique claramente la gravedad del delito. En lugar de «descuartizamiento de cerdos», términos como «romance baiting» o «investment scam grooming» pueden ser menos pegadizos, pero son mucho más precisos y responsables.
La dimensión internacional
Estas estafas no conocen fronteras, y nuestra respuesta tampoco debería conocerlas. Nuestra terminología debe funcionar en todos los idiomas y culturas sin perder su gravedad. Lo que parece una jerga aceptable en un idioma puede resultar profundamente ofensivo cuando se traduce a otro. Esto es especialmente importante para las plataformas globales que gestionan equipos de moderación de contenidos en varias regiones.
Una terminología clara y respetuosa ayuda a garantizar la coherencia en la aplicación de la ley y el apoyo a las víctimas más allá de las fronteras lingüísticas y culturales.
Por qué es importante para las plataformas
Si su plataforma alberga contenidos generados por los usuarios -aplicaciones de citas, redes sociales, foros de inversión- es probable que haya visto estafas de este tipo.
- El lenguaje influye en la política y la empatía – Utilizar términos inadecuados corre el riesgo de restar urgencia a la lucha contra estas estafas.
- La terminología informa a la moderación – Un lenguaje preciso ayuda a los moderadores de contenidos a identificar mejor los contenidos nocivos y actuar en consecuencia.
- La comunicación responsable genera confianza: sus usuarios apreciarán las plataformas que se tomen en serio estos delitos, con hechos y con palabras.
- Cumplimiento de la normativa y gestión de riesgos – A medida que los organismos reguladores de todo el mundo aumentan el escrutinio de la responsabilidad de las plataformas sobre la seguridad de los usuarios, una terminología adecuada demuestra su compromiso con la protección de los usuarios y puede ayudar a alinearse con los requisitos de cumplimiento emergentes.
Pasar a la acción: Lidera con claridad y cuidado
El llamamiento de Interpol es un recordatorio para todos nosotros -plataformas, moderadores y líderes del sector- de que las palabras forman parte de la forma en que luchamos contra el daño en línea. Revise su propia terminología. Eduque a sus equipos. Si su plataforma se comunica sobre estas estafas, elija términos que reflejen lo que realmente está en juego.
El lenguaje puede elevar a las víctimas o hacer que se sientan desestimadas. Elijamos sabiamente.